miércoles, 1 de febrero de 2017

Dejame algo

Déjame un beso guardado allí, donde no lo pueda fácilmente encontrar, cuando un día cualquiera pase por donde no suelo pasar, abra ese bolsillo que nunca pude abrir y descubra ese beso con el que ya no contaba más. 

Déjame también el calmante para el frío de aquel amanecer, el susurro en el oído que susurraste en el ayer, pero no saques de ese cajón el vino que juntos cosechamos. Déjalo todo junto para que en una tarde cuando sólo esté, destape el vino y venga a mi tu abrazo, aquel que calmó el frío de aquel amanecer, y el susurro con aire caliente que pasó por mi piel. 

Así cada que tome de ese vino, tu recuerdo encontraré cuando más no contaba con él, y veré girar el globo y el pasar del tiempo, perseguiré el sol hasta eternamente encontrarte, te encontraré nuevamente en cada amanecer.

Y volverás a mi luego, cuando no contaba con volver a verte, en cada atardecer que decidas esconderte. 

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