miércoles, 1 de febrero de 2017

Poema de atardecer

El sol es perseverante en su deseo de inundar los corazones,
incansable se abre paso para llenar de vida todos los rincones.

Y así como el sol se presenta en el atardecer,

me anunciaste tu partida con una larga mirada.
Una mirada tan profunda como los rayos naranjas que se regaban sobre la llanura.

Se pintó el cielo naranja,

se tiñó el ambiente con tu silencio,
el delirio de la vida pareció desvanecerse
y el vacío de la nada llenó nuestros corazones.

¿Cómo sentir un corazón vacío

         o leer el paso de una nube,
cuando nuestros ojos se nublan con lagrimas añejas?

¿Cómo saber a que sabe una noche fría,

          un día soleado
o el mar que se ha calmado,
cuando nuestra boca esta ocupada diciendo fracaso?

Te has ido como el sol en el ocaso

y ahora me quedo viendo la noche desde la tierra,
veo como la oscuridad que prima sobre el universo,
va esquivando cada estrella.

Terrible verdad, ¡nada poseo!


Sin el sol soy un preso de la oscuridad,

sin ti soy preso de la soledad. Pues la muerte compró al hombre
sellando un trato con el tiempo,
Desde entonces danza encadenado a su propia tumba,
al compaz de oscuras melodias.

Sólo unos pocos han roto sus cadenas,

persiguiendo el sol de medio día.
Para estos no hay ya lugar en la tierra,
su hogar es el exilio y su bandera es una espada.
 Sus almas arderan en la llama de la nada.